Tan blanca como nieve,
dulce y fuerte, así eres tú, inmaculada maría de Jesús.
No dudo, que Dios más allá
de ver tu belleza física contemplo la belleza de tu humilde y valiente corazón,
pues tu preciosa María, supiste resistir en él, un dolor que calcina y consume
sin contemplación, sabia El que ninguna otra podría soportar que le arrebatasen
más que de sus manos le arrebatasen del corazón a quien *amaste con gran amor
en la tierra y hoy sigues amando con el amor más fervoroso en el cielo*, a tu
hijo, Jesús.
Te eligió a Ti, porque a
pesar de que traspase tu corazón dejar de a amarme no sabes, porque Madre eres.
El vio en Ti, una sin
igual obediencia, pues tú has dicho, *he aquí la esclava del Señor; hágase en
mí según tu palabra* y así te llevo a gozar de la dicha de concebir en tu
vientre a quien sería llamado Hijo del Altísimo y así mismo te llevo a vivir el
dolor más amargo de una Madre, ver morir al hijo de sus entrañas, mas tú, sin
pronunciar palabra y sin bajar la mirada ante tanto dolor, seguías siendo
obediente, al pie de la cruz contemplabas a quien su vida daba por mí y la
salvaba.
Te eligió a ti, y no se
equivocó en hacerlo, gracias a tu si, hoy tengo vida a través del más hermoso
de tus hijos, Jesús.
Te eligió a ti, y al pie
de su cruz dejo mi vida entre tus preciosas manos pronunciando:*Mujer, he ahí a
tu hijo*, y a través de mi ser incompleto sigues amando a quien completo es,
porque amar sabe y yo existo gracias a Él, Jesús.
Marienyibeli de Jesús.
Marienyibeli de Jesús.
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