viernes, 13 de abril de 2018

Cuando ya no quiera.


Cuando ya no quiera seguir, recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus manos, esas que necesitas para al hambriento y al sediento dar de comer y beber.

Cuando ya no quiera seguir, recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus pies, esos que necesitas para llegar allá donde nadie conoce de ti.

Cuando ya no quiera seguir, recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus ojos, esos que necesitas para mirar con amor a aquellos que no se sienten dignos de Ti.

Cuando ya no quiera seguir, recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus oídos, esos que necesitas para escuchar atento las alegrías y tristezas del que ríe y del que llora.

Cuando ya no quiera seguir, recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus palabras, esas que han de anunciar la buena nueva y aquellas que han de denunciar lo que es contrario a Ti.

Cuando ya no quiera seguir y me canse de perdonar, recuérdame Jesús que a través de Pedro, hasta setenta veces siete me invitas a perdonar.

Cuando ya no quiera seguir y me canse de dar, de andar y de amar recuérdame Jesús que aquí en la tierra yo soy tus manos, tus pies y tu amor, ese amor que jamás se cansa de amar.

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